Sólo son ñus
Ya no sobresalta ni nos conmueve su tragedia. Ya por rutinaria ni interesa su noticia. Ya su drama sólo repica en campanas de lana.
Hace semanas se ahogaron a la vez 500 personas frente a las costas de Grecia al naufragar el barco que traficaba con su carne huida. Y anteayer desaparecieron dos cayucos de mierda en los que viajaban 300 gentes de Senegal a Canarias buscando un norte para su hambre de puro pan y pura sed de justicia... ¿y?... pásame la sal, Maricrú, que te quedó soso el gazpacho.
Emigrar por tierra tiene suplicios, robos y violaciones que conocen bien los del África interior que buscan costas lejanas donde aguardan pateras de pasaje prohibitivo para saltar a la Europa de su redención teniendo que cruzar un mar de voracidad insaciable. Ahí la muerte tiene otros dientes y son de tiburón... o de sardina si sólo quedan las migas. Emigran en barcas de desecho hombres maduros o jóvenes los más, mujeres unas cuantas y siempre algunos niños, criaturas a veces muertas de sed o insolación en brazos de sus madres que se niegan a arrojarlos al mar apretándolos contra el pecho bajo un río de lágrimas secas que esperan les resuciten o al menos les embalsamen. Y las estelas en la mar que son poesía en Machado se tornan rastros de entrañas rotas y almas mudas.
Y lo que en muchos ya es aquí indiferencia cómplice se torna indisimulado alivio entre abencerrajes que gritan ¡Santiago Abascal y cierra España!, alegando que esos muertos se lo han buscado (son sólo ñus tributando su cupo a los cocodrilos cuando buscan los pastos del Masai Mara) y que así serán menos los delincuentes y terroristas que seguro vienen camuflados entre ellos o se harán aquí bien pagados por el Estado como ocurre en Francia donde arden los suburbios de la inmigración mora. Y en estas, sale en el telediario otra lancha naufragada frente a las costas de Lesbos; sólo son 14 muertos, dice el titular. Vaya, cambia de canal, Maricrú, que va a empezar una película en Antena3 con muertes mucho más entretenidas.