Editorial | Adiós definitivo a la línea eléctrica agresiva
La polémica por el intento para construir una línea eléctrica de alta tensión atravesando buena parte de la Cordillera Cantábrica terminó por paralizarla. Pero después de casi cuatro décadas de guerras en todos los frentes posibles queda pendiente la factura a pagar para suprimir las grandes torretas que fueron colocadas en su día. La entonces Sama-Velilla inició su proceso legal allá por 1986, cuando el entonces Gobierno de Felipe González la declaró de utilidad pública. En medio de esa polémica fue avanzando el proyecto para evacuar electricidad desde Asturias hacia Palencia, incluso con alteración en su origen que pasó de Sama a Lada. Lo cierto es que finalmente nunca ha servido para nada, pero ahora deberá retirarse lo construido. Un gasto tras una inversión millonaria que invita a la reflexión sobre la forma de actuar con el dinero público. En ocasiones se va contra la lógica, como con esta infraestructura energética agresiva contra una zona natural de especial valor. Y al final, cuando hay suerte, la lógica suele imponerse.