Editorial | La ciudad sucia: ¿pasividad o negligencia?
¿Pasividad? ¿Negligencia? Pese a estar obligado cada cuatro años, el actual alcalde de León, José Antonio Diez, no ha actualizado el inventario municipal de tecnología y elementos urbanos vinculados al servicio de limpieza en la capital de León, una ciudad donde sus habitantes tienen la percepción de vivir en uno de los entornos urbanos más sucios del país. No falta razón. Las calles están regadas de chicles, colillas, papeles... Los contenedores, aunque ya forman parte del paisaje ordinario, son nauseabundos, con problemas de sobrecarga y malos olores que se hacen insoportables en verano. Una y otra vez se denunció este asunto en el anterior mandato y el equipo de gobierno municipal no movió ni un párpado. Ahora, pasadas las elecciones locales, parece que la suciedad ha aflorado para todos por igual y el Ayuntamiento se saca de la manga una auditoría como una de sus primeras actuaciones del mandato. O nos mintieron entonces, o se ríen ahora. En cualquier caso, sucio.