Editorial | Funcionarios para el nuevo relevo
Las airadas protestas ante el recorte de las retribuciones de los empleados públicos y la constante amenaza de movilizaciones perpetuas contrastan drásticamente con las condiciones en esfuerzo y sueldo medio de los funcionarios en comparación con otros trabajadores. Un país no quiere empleados públicos descontentos, con ganas de prejubilarse. Sobre todo, porque el declive del funcionariado estatal ha sido más que notorio en León. Hay 600 empleados públicos menos que hace cuatro años. Es innegable que una Administración de funcionarios que han accedido a su puesto de trabajo bajo el principio de concurrencia, publicidad, mérito y capacidad siempre generará mayor confianza ciudadana y garantizará el principio de imparcialidad y de objetividad. Todo esto evitará que su trabajo dependa del signo político del Gobierno y la consiguiente politización de los servicios públicos que tanto reclama León.