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Asunción Mayo | Candidata nº 2 al Senado por el PP

Feijóo (PP) gana claramente la segunda vuelta

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Cuando al día siguiente de las elecciones autonómicas y municipales, que fueron elecciones generales porque se celebraron en toda España, sale Sánchez esa misma mañana y convoca otras elecciones para el día 23 de julio, dos ideas acudieron rápidamente a mi cabeza. Como muchos españoles también pensaron, era evidente que el presidente estaba enfadado con el resultado y, como no le gustaba lo que habíamos votado, nos castigaba a ir a votar de nuevo el 23 de julio, fecha que no podía estar elegida con peor intención, en plena canícula y en vacaciones. Es obvio lo que se buscaba con esa fecha: que por el veraneo, el calor o lo que fuera, los españoles no fueran a votar masivamente contra su gobierno como acababan de hacer a finales de mayo con absoluta claridad.

La segunda idea era para mí evidente y, en mi humilde opinión, es la clave en la importante votación que tenemos este domingo. Y como no la he visto ni oído especialmente comentada en los medios, me gustaría explicarla. La he puesto además en el encabezamiento por si, con el déficit de atención que hay ahora y mis evidentes carencias como escritora, algún lector no pasaba del título de este artículo: estamos ante una votación de segunda vuelta y así, con esa idea fija en la cabeza, es como hay que ir a votar este domingo.

Es verdad que nuestro ordenamiento jurídico no contempla la segunda vuelta; otros países sí que lo hacen y el presidente es elegido con una mayoría clara. Una vez que la población sabe cuáles son las dos opciones mayoritarias, aunque quizás ninguna es su favorita, se va a votar. Descartados ya el resto de partidos, el votante sabe que tiene que elegir cuál de las dos opciones que le presentan es la que más le gusta o, al menos, la que menos le disgusta.

Aunque no exista en España como tal, si al día siguiente de una votación nacional convocan otra anticipadamente porque el resultado no es claro y los electores tienen que pronunciarse nuevamente, esto es una doble vuelta de libro. Por eso, cuando usted vaya a su colegio electoral tiene que ir sabiendo, y siendo muy consciente, de que está votando en segunda vuelta, y de que esa papeleta que eligió hace dos meses quizás hoy no le vale. Con 27 concejales a elegir, como pasa en el Ayuntamiento de León, hay opciones para partidos que no son el primero y el segundo; pero con 4 escaños a repartir en toda la provincia, solo hay dos opciones y el votante responsable tiene que saberlo: o facilita la presidencia de Feijóo en solitario (eligiendo únicamente la papeleta del PP) o la dificulta (eligiendo cualquier otra papeleta).

Soñar con que su opción política favorita alcance un escaño en esta provincia está muy bien y seguramente le ennoblece, pero si su opción no es PP o PSOE, tiene que ser plenamente consciente de que muy probablemente terminará favoreciendo a quien no quiere. Ninguna encuesta da ningún escaño ni a VOX ni a UPL en esta provincia. Por lo tanto, si usted vota a estas u otras formaciones, debo decirle que casi seguro su voto beneficiará al PSOE como segunda fuerza más votada. Si usted, directa o indirectamente, lo que quiere es votar al PSOE y a Sánchez, hágalo así; no se arrepentirá. Pero si no es eso lo que quiere, por favor piense bien su voto, recuerde que estamos en segunda vuelta y elija: O el Partido Popular (PP) con el presidente Feijóo a la cabeza y las manos libres para gobernar con sensatez y eficacia este país o cualquier otra cosa, incluido que repita Sánchez juntándose con lo mejor (peor) de cada casa del arco parlamentario, o que VOX bloquee y nos aboque a segundas elecciones, que serían ya las terceras… De estas dos opciones, sinceramente, me asusta mucho más la primera, porque con lo que le hemos visto hacer estos cinco años en una posición mejor, no quiero ni imaginar lo que nos puede quedar por ver y vivir en el estado de debilidad en el que le tocaría gobernar.

Además de que piense en términos de segunda vuelta, le pido un segundo favor: que por un momento se olvide de las siglas que suele apoyar, que no piense ahora en términos de partido y que se fije solo en el candidato. Si puede usted dejar de sentir los colores por un momento, coincidirá conmigo en que el candidato del PP, el presidente Feijóo, es la única persona, de las cuatro que hipotéticamente concurren, que por su formación, experiencia y trayectoria está verdaderamente capacitado para gobernar este país. Decía yo el otro día en un mitin que los otros tres no pasarían ni el primer filtro en una selección de personal directivo en una empresa seria y solvente. No era el típico gag para que te aplaudan los afines, es una obviedad: usted mismo llegará a la misma conclusión si lo analiza desapasionadamente.

Tiene aún un día y todo el sábado para reflexionar, hágalo; y por favor, vaya a votar el domingo, vote con toda la decisión, pero con plena conciencia de los efectos de su voto. No se arrepentirá.