Irse preparando
Como el pronóstico que se estampó aquí la víspera de la jornada electoral resultó atinado aunque alguno lo tildara de desbarre fantasioso (populares y voxeadores no alcanzarían la mayoría ni pagando a otros aliados que les arreglen el roto y el ridículo), pidió vez Peláez, cogió del perchero la chalina de profeta, se la anudó al cuello y confirmó el vaticinio de que se repetirán las elecciones, aunque no serán en octubre como aquí se señaló, sino en diciembre. Tras joderles a los españoles las vacaciones, jodámosles también el puente de la Inmaculada-Constitución (llamado antes Puente del Gocho al centrarse en él las matanzas hoy casi extintas). Esto es lo que tendrá que anunciar Sánchez y vocear Puigdemont, porque la llamada a urnas será el domingo 10 de ese mes tras una semana de puro acueducto.
No habrá acuerdo de legislatura, insiste Peláez; los convergentes de Junts y la madre Ponsatí que les alumbra (al dictado del fugado en Waterloo) se enrocarán en su soberanismo, en la pela catalana y en sus indultos, no habiendo padre que les enderece ni con un buen guantazo. Ganas de joder, lo dicho, y de bloquear y desquiciar al estado español, objetivo principal de su histórico y algo histérico odio indepe. Curiosamente, a los de Vox también les interesaría repetir elecciones por ver si repescan algo de todo el capital de escaños que despilfarraron este domingo fatal en el que bordaron la interrupción de su coito preñador. De hecho, Abascal ha dado como muy probable repetirlas.
Ahora bien, ahí hay que ver a Tezanos (la encuesta del Cis con la que le martirizaron la oreja fue la que menos desbarró, qué curioso), pues ahora podrá vaticinar, y con alegría más fundada o incontenible, que en diciembre Sánchez ganará con mayor holgura aún, mientras la mitad del PP ya reburdia y exige cambiar a Feijóo (visto lo visto en su cara de palo casi acelga) por la reina ayusa Isabel, mucho más telegénica ella, de verbo incendiario más que encendido... y en sus arremetidas, faltosa como Dios manda (leña, el perdedor siempre pide más leña, es la guerra).