Editorial | Incertidumbre sobre unos presupuestos del Estado cuestionados
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se encuentra sumido en la enésima polémica. Como otras muchas, derivada precisamente de un viaje. Ahora se encuentra de vacaciones en Marruecos y quizá se transmite la sensación de que las cosas están paralizadas. Pero parece evidente, por los mensajes que se lanzan desde las fuerzas candidatas a respaldar su reelección, que las negociaciones sobre la investidura se abrieron ya desde que se conoció el resultado de las elecciones del 23-J.
Una vez más, los mensajes sobre las posiciones de máximos reclamando importantes tajadas económicas se han hecho evidentes. De manera especial, desde Cataluña, donde se formula una solicitud de condonación de deuda que ha levantado en armas a la práctica totalidad de las autonomías, de cualquier color, tanto desde su gobierno como desde los partidos de la oposición. Eso sí, con las habituales excepciones entre los compañeros de partido de Sánchez que siempre dan la callada por respuesta cuando les surge la duda entre ser fieles a su presidente o a su tierra.
El problema llena de nubarrones ese futuro incierto condicionado por las promesas que deberán realizarse desde La Moncloa —también tendría que hacerlas el PP de Alberto Núñez Feijóo si lograse convencer a algún grupo nacionalista—. Pero igualmente se oscurece por la incertidumbre el presente, con unos Presupuestos Generales del Estado que han sido aprobados por el Parlamento, pero que apenas alcanzan un grado mínimo de ejecución. El año de especial actividad electoral ha ralentizado todo. Y también por la interinidad que se generó tras el adelanto electoral anunciado en la resaca del 28-M con el resultado aún caliente de las urnas municipales y autonómicas.
León se juega en estos momentos, en esta primera partida de monolopy político, un total de 156 millones de euros. Con proyectos concretos que deberían estar en marcha si se ejecutasen los Presupuestos del Estado. Y que corren el riesgo de diluirse si no se ponen en marcha en tiempo y forma por parte del nuevo Gobierno de España.