Editorial | Cuesta de septiembre un poco más dura
Para las familias con niños el mes de septiembre, o más correctamente el final del verano, genera siempre un conflicto económico. Llega el momento de preparar el curso, con un importante listado de gastos derivados del material escolar, los libros, los uniformes... El problema añadido este año es que en el caso de los textos escolares se prevé una complicación especial. Se acumulan dos situaciones excepcionales. Por una parte, derivada del incremento general de precios en todo tipo de productos que también se extiende a los libros, penalizados entre otras cosas por un mercado de materias primas tan complicado como es el del papel. Pero también llega otra agravante de índole político. La cuestionada Lomloe, que ha generado una situación de dificultad en los centros colegios por la burocratización que provoca, también lleva a una renovación masiva de los libros. Una vez más se olvida el objetivo de intentar que puedan pasar de unos niños a otros.