Diario de León

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Oye, rapaz, ¿eres realmente consciente de que te están espiando? Te espían. Que sí. Tu ordenata y tu móvil tienen orejas muy largas y, aunque sueles decir que nadie te hace caso, ahí sí que te escuchan, mira tú. Y te dirás ¡qué coños van a espiarme a mí, siendo del pelotón de los insignificantes!, ¿quién gastaría su tiempo en fisgar mis anodinas rutinas?... Pues admítelo, tienen paratus que te roban secretos, hábitos y hasta la mirada (biométrica). Les sobra trecnología y pueden hacerlo, pero aseguran que no lo hacen ( excusatio non petita , ahí que te pillé). Y pueden hacer eso porque el mundo (la vida) cambia al galope. Hasta cambian las brújulas y ahora el norte es otro o tres más. Así que has de cambiar tú también o te arrollará ese tren-bala que supera cada día velocidades tecnológicas inimaginables con avances que nos maravillan tanto como nos espantan o aterran. ¿Quién iba a imaginar esto o aquello hace tan sólo diez años?, nos decimos a menudo.

Mira qué experimento hicieron unos periodistas. Dejaron sobre la mesa sus móviles apagados y acordaron repetir en su charla las palabras Nepal y Renault. Desde entonces comenzaron a recibir publicidad y noticias sobre esa marca de coches o curiosidades y viajes al país himalayo. No les estaba escuchando un espía en concreto. Tampoco a ti. Quien hace el trabajo es el algoritmo y la inteligencia artificial, que sí que te escuchan... y las alexas, las siris...

Ay, cambia el mundo. Pues a cambiar tú, aunque comprobarás que ese tren siempre corre más y el atropello lo tienes probable. También es solución salirte de la vía y ver desde el andén tanto convoy apresurado sin que te fastidie no más que su rebufo ventorro en la cara y el ruido «encarrilado» de los que montan ahí para no dejar de correr. El inconveniente es que, si te sales de sus vías, te quedarás algo solo, lo que por otra parte, sin embargo, te ahorrará sustos, tiempos perdidos, empujones y toda la vocinglería sorda que te envuelve. Aduéñate de tu poco futuro. Te lo dijo el de Asís: «No intentéis cambiar el mundo, cambiad de mundo».

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