Canta, Raúl
S i el vino viene, viene la vida,
vengo a tu viña, tierra querida. Quiero morirme cantando
bajo tu parra madura
y que me entierren al alba
regao de vino mi tumba.
La vida es un vino amargo,
dulce en jarra compartida,
que los que nadan pa dentro,
se ahogan solito en la vida .
Así cantará en su tumba el gran tipo que esto cantaba, Horacio Guarany , murió a los 92 en 2017, gaucho de voz tonante, un martinfierro de copla mascada o bebida. Recibió el premio Konex al mejor cantor folklorista de toda la historia argentina. Y ese su tema era el indicado al leer la noticia que me alegró el día: « La guía Parker concede un 100 al vino La Muria del berciano Raúl Pérez », genio muñidor de vinos que quizá no merecemos. Y canta con Horacio también tú, Raúl, aunque confieses gran pena por los tuyos que ya no están y deberían verlo, pena que dices te abolla el alegrón de verte ya reconocido en lo excelso; eso te honra; pero agradece alegre todo lo que tuvieron que ver en ese tu recorrido que ha llevado tu fama hasta las Antípodas; ¿quién en esas lejanías enológicas no oyó hablar de ti?...¿y no te era suficiente ya con tantos otros vinos tuyos que Parker situó a milímetros de ese 100 casi inalcanzable?... pues no, ¿qué sentido tendría para ti vivir sin buscar un plus o lo mejor, ese enemigo de lo bueno?... Y si puse oreja a esa copla gaucha celebrando tus cimas es porque te alegrará saber que Horacio Guarany tenía sangre leonesa, la mitad, y la otra, guaraní, ¡joía mezcla!, ¡y qué fecunda! Su madre Feliciana nació en León. Una emigrante. Y él, el penúltimo de sus 14 hijos. ¿Cuántos leoneses más buscaron el pan en la Argentina de principios del XX? ¿Y sabes que hay allí una ciudad de apenas cien años llamada La Leonesa ? Así se rotuló la fonda/tienda que pusieron unos de aquí en un cruce de caminos; creció alrededor y hoy tiene 10.000 almas. Pero de Horacio quería hablarte, es película su vida... (y el papel se acaba, así que vente por aquí mañana, págate un vino y le curioseamos cosas).