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Sí, ya sé que debería de estar escribiendo sobre lo que está pasando en nuestro país hoy, ahora, del pacto del PSOE con Carles Puigdemont, que ha llevado a convertir a Francina Armengol presidenta del Congreso. Pero dejo todo el lío nacional de lado porque no puedo resistirme a recordar que acaba de cumplirse el segundo aniversario de la gran traición de Occidente a Afganistán. Recordarán la salida vergonzosa de las tropas norteamericanas y de sus aliados dejando el terreno libre a los talibanes.

Hace años Estados Unidos invadió Iraq en busca de unas inexistentes armas de destrucción masiva que bien sabían que no existían. Acabaron con Sadam Hussein, pero destrozaron el país sembrando de resentimiento hacia Occidente. Y algo así sucedió con Afganistán, dijeron que iban a ayudar a que el país iniciara la senda de la democracia. Muchos afganos se lo creyeron. Sobre todo las mujeres que tímidamente empezaron a salir a la calle sin el burka, a acceder a trabajos fuera de casa... y las niñas, si las niñas y adolescentes comenzaron a ir a la escuela y las puertas de la Universidad se abrieron para las jóvenes.

Algo empezó a cambiar pero un día en Washington decidieron que la aventura afgana ya no les daba para más y así decidieron marcharse. Esa traición le ha costado la vida y la esperanza a millones de afganos, muchos de los que lograron huir están hoy en España intentando construirse un futuro. Como Khadija Amin, que pudo escapar subiéndose a uno de los aviones del Ejército español que en esos días ayudaban a la evacuación de refugiados. Khadija trabajaba como periodista en la televisión de Kabul y la llegada de los talibanes sabía que significaba volver a la cárcel del burka. Llegó como refugiada y durante unos meses recibió clases de español y las ayudas que reciben todos los refugiados hasta que esas ayudas se acabaron y entonces... y entonces comenzó a ganarse la vida fregando plato en restaurantes, trabajando diez, doce, catorce horas al día. Nunca la he escuchado quejarse, solo de vez en cuando se le nubla la mirada recordando a su familia.