Editorial | Agua de mayo para el Tuerto

Los regantes del Tuerto esperan impacientes la entrada en servicio del embalse de Villagatón que, tras 20 años enterrado en el limbo, se ha reactivado para paliar el déficit hídrico de una zona hortícola con un gran potencial. La infraestructura está siendo sometida en los últimos meses a obras de adecuación del plan de emergencia y a remates paliar algunas deficiencias que los años en desuso habían provocado en la presa. A mayores, las aspiraciones de las comunidades de regantes se topan con los plazos del papeleo, que son implacables en un bien de esta entidad. Aún así, los afectados se merecen poner en marcha todos los mecanismos al alcance y actuar con toda la agilidad posible. Ya es demasiado el tiempo perdido para una zona que ha necesitado año tras año con urgencia los 4 hm3 que embalsará el pantano y, aunque actualmente todos los implicados están en sintonía, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) debe prestar atención a las reivindicaciones de los regantes precisamente en un momento en el que se están llevando a cabo fuertes inversiones en la zona para modernizar gran parte de la subcuenca y actualizar sus capacidad con las tecnologías punteras del siglo XXI.