Bésame nada
En verano los besos no valen tanto, son a menudo beso fogonazo, volátil beso o furor adolescente. Porque es fácil besar en verano. Cuando el invierno arricia , el amor lleva tapabocas, la gana se enfría y anda la efusión aterida. Así que, como era su veranazo triunfal, le salió al mandamás furbolero Rubiales robar un beso «por mi cargo y mis pelotas», olvidando que «por un gustazo, un trancazo». Mereció lo que le está cayendo. Se lo ganó a impulso . Hizo a su picha cancillera del cerebro y fue intolerable el derecho que se tomó, así que nadie deja de subirle al juicio político o mediático mandándole al patíbulo ipso facto por su imposible defensa; tanto, que se habla más de este alarde de macho-jefe que del triunfo y su razón deportiva, y de las chicas que elevaron su hazaña a la razón vindicativa de género, a la imposible igualdad profesional con los futbolistas, a su heroica pervivencia en ese oscuro mundo federativo del balompié, masculinorro y prepotente, elevadas ellas a una categoría de respeto demostrada y alcanzada con su ¡sí se puede!, algo que importa menos ante el protagonismo de una jactancia sexista no invitada al reparto de esta película que parece copia remasterizada de alguna muy antigua en blanco y negro. Lo de Rubiales ha sido como para cortarle el ramonín ante notario , sentencia todo tribunal, pues es ramonín y no ramonón lo que quiso hacernos creer él sopesando ostentóreamente su entrepierna en el palco real para demostrar que su capullo es testa coronada por tener a la reina de España al lado. Y la obligada disculpa final que le exigieron la hizo tan hueca y formalista que, como decía un tuit, si le dura un minuto más, la que tendría que pedir disculpas sería la jugadora avasallada, en cuya cara perpleja se leyó un bésame nada.
Imposibles ya de borrar la vergonzante escena y los colores que nos saca la prensa mundial, válganos todo si se visualizan, amén de la gesta deportiva, las servidumbres del fútbol femenino y hasta la necesidad de un tratamiento propio o federación aparte. Con tipos ahí como el Rubiales, jamás.