Editorial | Motivo de alarma en el campo
Precios finales que no cubren costes de producción, falta de relevo generacional o la crisis energética son sólo algunos de los fantasmas que gravitan sobre el sector primario, del que han vivido tantas y tantas generaciones en León. No lo tienen fácil. Los de cerca no alcanzamos a comprender las dificultades que tienen que hacer frente los ganaderos y agricultores de nuestra provincia. Algo más lejos, en Europa, se nos está forzando a importar materias primas a las que España gana en calidad. Las vendemos pero luego se las tenemos que comprar a Marruecos o a Ucrania, dependencia que quedó patente con el covid. Desde entonces muchos no han podido superar la crisis: uno de cada tres contratos en este sector han desaparecido en León en dos años. Es motivo de alarma.