Editorial | La salud de la Guardia Civil
Un agente de la Guardia Civil por cada 20 kilómetros cuadrados no proporciona sensación de seguridad a la ciudadanía. No es nuevo que el patito feo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se vea con las plantillas diezmadas, totalmente insuficientes para abordar labor de estos agentes en territorios tan dispersos como León. En su caso no se trata de evitar que se lleven el trabajo a casa, porque es inevitable apartar la tensión después de practicar una detención o actuar en un caso de violencia machista. Pero sí hay que advertir que el déficit de guardias repercute gravemente en la seguridad física y psicosocial de los propios agentes. La sobrecarga es una de las muchas causas de su estrés. Sólo por eso hay que corregirlo, ya que estas situaciones están contribuyendo a degenerar su salud mental. Palabra de los sindicatos.