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Todavía se preguntan muchos aquí cómo es posible que, siendo los principales productores de lúpulo en España (el 97% de la cosecha nacional es cazurra y sale principalmente de la ribera del Órbigo), no haya en León la industria cervecera que cabría suponerse, teniendo en cuenta además que el mayor cervecero de América del Norte -Pablo Díez, fundador del grupo mejicano Modelo y su marca estrella Corona- era paisano (Vegaquemada, 1884) y más «morido de amores» por León que la Pícara Justina, persistiendo en esa lealtad de origen su heredero Antonino Fernández, y siendo los dos grandes muníficos y atentos en tutelas y patrocinios de lo leonés (una burrada de 100 millones de pesetas de 1954 fue lo que pagó «don Pablo» por el santuario y colegio dominicano de La Virgen del Camino; ninguno de los demás ricos leoneses ha sido siquiera el 3% de espléndido que él y, menos aún, atendiendo a la gente sin recursos sin olvidar nunca de dónde se viene).

Pero de fábrica de cervezas en León, nanainas. No hubo tu tía. Y con sobradas razones, pues no se trata sólo de fabricar; después hay que tener red de distribución propia y unas cuotas de mercado de inicio inexistentes que habría que generar desde una calidad que se daba por hecha, pero de lento camino al prestigio. Por si fueran pocos los argumentos estrictamente económicos, un hecho añadido enfrió cualquier entusiasmo en «los mejicanos» al tener que recibir a legacías o comisiones leonesas que iban separadas, cada cual a su bola con la misma chapa pedigüeña y demostrando así una ineficaz desunión para el empeño, si no cainismo político, lo mejor para ahuyentar a cualquiera de estos berenjenales. Además, en una cerveza, el lúpulo sólo es aromatizante y amargante; lo fundamental es el saber y el cereal fermento, cebada o trigo principalmente. En fin, es como si los leoneses hubieran ido a pedir inversión/fábrica con el efusivo saludo «¡salud, anarquía y cerveza fría!», aunque lo de fría está bien dicho; en jarra helada, tan común, es aberración y hace perder matices, aromas y sabor.