Editorial | Las tarifas de la Ebau, otra forma de agravio

El Gobierno dio ayer marcha atrás sobre las expectativas creadas para devolver justicia y criterios de igualdad de oportunidades a la prueba de acceso a la universidad. Tras meses de aliento a la reforma que introduciría detalles homogéneos en las materias y exámenes, ahora tan dispersos como el mapa de las autonomías, el ejecutivo decidió aparcar las variables que demandaban las universidades; los estudiantes, al fin, los perjudicados por ese ramillete curricular que se tiene en cuenta para elaborar las pruebas de acceso en la selección universitaria tras el Bachillerato. La equidad seguirá ausente en la próxima convocatoria, a pesar de que fuentes del Gobierno se encargaron de justificar que la demora en la reforma atiende a razones de dotar de certidumbre a los afectados, que serán los bachilleres de segundo en este 2023/2024 que está a punto de comenzar; la España hemipléjica no se detiene.