Cerrar

Creado:

Actualizado:

Como Almudena Grandes se significó por norma como mujer de izquierdas, los de la derecha que hoy gobierna en La Rioja debieron pensar que lo de roja corrupia manda ahí más que lo de renombrada escritora y, en consecuencia, que no procede que la principal biblioteca riojana lleve su nombre (se lo puso al poco de morir el ejecutivo que presidía la socialista Concha Andreu), así que van y se lo quitan acogidos al legítimo derecho del que entra para poder borrar o pisar lo que hizo el que sale, derecho que borda tantas veces el ridículo, cuando no lo infame. La historia es una contínua sucesión de esta conducta; los que vencen reescriben la cosa y, si pueden, entierran al vencido con ignominia. Los templos cristianos se levantaban sobre los antiguos paganos, los nombres de las calles se rebautizan con los vencedores de una guerra o de unas elecciones, las estatuas se derriban para ocupar su pedestal nuevos inquilinos de la cuerda o devoción... Y todo esto ocurre por ponerles a las cosas nombres de gentes, batallas, fechas memorables o santos propios. La calle de mi infancia se llamó de siempre Camino de Carbajal -que a nadie ensalza ni ofende y además informa-, en 1932 la bautizaron como « 1 de Mayo », en 1940 le impusieron lo del « 18 de Julio » y, ya en democracia, acabó como « Padre Isla » (¿y concluirá ahí el menearla?).

Con Almudena pasa que se la venera o se la odia; tibios deja a pocos. Recuérdese la vergonzante sinceridad de Almeida tras serle otorgado a ella el título municipal más preciado para cualquier ciudanado: “ Almudena Grandes no merece ser Hija Predilecta de Madrid, pero para sacar los presupuestos hay que hacer cesiones ”, dijo. Jóete y baila con su olímpico ¡quitallá, Almudena!

Así las cosas, se propuso en el corrillo un discurrir para alumbrar nombres de biblioteca que no inviten a futuras furias y lápidas rotas. Alguno tiene su gracia: «Savia Sabia», «Planeta Libertad», «Luz del Pueblo», «Hotel de la Razón»... o « Tolle et lege », toma y lee, eso que le zumbaba en la oreja a san Agustín antes de convertirse.