Edificio Ramón y Cajal, 17

León, abril de 1947. Manuel de Cárdenas y su hijo Gonzalo firman en Madrid un edificio promovido por Hermógenes Fernández en un solar de la calle Ramón y Cajal c/v a Lope de Vega. Tras el replanteo, modificaron el chaflán plano proyectado, para convertirlo en rotonda Levantaron el inmueble con estructura de hormigón sobre un sótano para instalaciones. La planta baja para local comercial comunicado con el sótano y una entreplanta parcial junto al portal con su escalera para subir a tres plantas destinadas a oficinas. El inmueble fue inicialmente ocupado por la Clínica 18 de Julio y posteriormente convertido en viviendas para terminar dedicado a oficinas de la Administración… Los Cárdenas compusieron las fachadas «de modo sencillo como corresponde a un edificio de marcado sabor comercial, pero procurando entonar el ladrillo con el revoco o piedra artificial, dándole cierta riqueza en la molduración y detalles decorativos». Dispusieron los alzados tripartitos. Basamento con portada arqueada bajo balcón clasicista por Ramón y Cajal. Cuerpo noble de dos plantas alternando paños y pilastras revocadas con lienzos de ladrillo que abren ventanas recercadas, las de abajo con antepechos cajeados y barandillas de tubo. El tercer orden con galerías arqueadas sobre repisas, ménsulas pareadas y los mismos antepechos bajo un bello alero encasetonado. En el chaflán espléndido mirador curvo con bordes cóncavos, y un balcón accesible por vano con frontón partido, neobarroco, en un frente a modo de «torreón» horadado por tres huecos entre pilastras pareadas bajo imposta y peto liso… En 1998, José Manuel Burón rehabilitó el edificio para Lufón S.A. conservando la fachada y la escalera, aprovechando la estructura existente, pero levantando una planta más para agotar la ordenanza y acomodar 6 buenas viviendas, la más alta en dúplex bajo cubierta… Sensible al contexto, Burón revistió su añadido con piedra natural, fajeada, y en un ajustado ejercicio de «Fusión», abrió grandes vanos tríforos de arco rebajado y aroma posmoderno, en mímesis con las «galerías» inferiores para proclamar su comprensión de la arquitectura sobre la que intervenía… pero transformándola hasta convertirla en algo nuevo.