Editorial | Bierzo, ya no es tiempo de buenas palabras
Apenas una semana después de la caída de las torres y una de las chimeneas de la térmica de Compostilla II, símbolo del desarrollo industrial del Bierzo durante más de cien años, el Salón de Actos del Ayuntamiento de Ponferrada acogió ayer la celebración del Día del Bierzo con el mismo tono de años anteriores. Olvidan los representantes institucionales, sin embargo, que la situación de la comarca no es la misma y que son necesarias inversiones urgentes. No valen ya las buenas palabras, ni los anuncios que nunca llegan. En el Bierzo, como bien apuntó el alcalde de Ponferrada, Marco Morala, el empleo es algo prioritario Es, de hecho, la nueva bandera que los responsables locales y provinciales deben enarbolar en un territorio donde las prejubilizaciones ya no son un colchón suficiente para amortiguar una crisis cada vez más evidente, con una juventud que sólo piensa en emigrar, como hace 40 años. No es tiempo de promesas y sí de acción. Para que el Bierzo no tenga que depender de un milagro o que la solución llegue del cielo.