Diario de León

Creado:

Actualizado:

Si algo caracteriza a un oso es su olfato. Puede oler cien veces mejor que un perro que, a su vez, es capaz de olfatear trescientas veces mejor que un humano. Quiere decirse que un oso en Caboalles de Arriba puede oler un yogur podre dentro de un contenedor de Caboalles de Abajo y allí se va siguiendo la estela del perfume si la gazuza le aprieta con música en las tripas. ¿Y qué fue a oler tan ansiosamente el oso que se vio en Anllares del Sil con su cabeza presa en bidón de plástico convertido en cepo del que no podía liberarase dando tumbos alocados y carreras espantadizas, ciego de rabia y rebufando gruñidos sin poder ver, comer o beber y, por ello, condenado a una muerte cierta y terrible de no haberlo visto un vecino que dio la alarma para ser finalmente rescatado de su fatal destino siendo devuelto a su supervivencia en un medio natural ya no tan natural en el que la basura puede ser trampa más letal que el lazo furtivo, el cartuchazo chulesco o un aqueda vengativo en noche impune?... Estos osos, que no dejan de crecer en población para alborozo de naturalistas y mosqueo o furias de lugareños, tienden a socializar sus presencias atraídos por tanta basura rica y fácil o vienen a mesa hortelana puesta entre frutales... y viendo, además, que nadie les perseguirá de muerte o les hostigará siquiera.

Igual hacen los jabalíes que bordan ya lo epidémico hasta en los mismos centros urbanos logrando que Galicia decrete emergencia cinegética que hoy, día 16, entrará en vigor dándose permiso para abatirles de todo modo y sin límite de piezas, algo que no tardarán en imitar otras comunidades donde el problema es ya cuestión de gabinete por los daños e inseguridad que comportan. Y es que al jabalí no se le persigue y tampoco tiene depredador natural. Ni siquiera el lobo se atrevería a acosarle dada su fiereza y hocicazo de colmillo que tanto perro ha destripado en batidas; lobo que también abusa de status y al que ahora Europa rebaja su impunidad viendo las razones sobradas de quienes sufren sus cómodos banquetes. Algo de matarile ya piden.

tracking