¿Qué te apuestas?

Hace ya un mes que llevo apostadas tres cenas a que habrá elecciones en enero al no ser viables los pactos que exigen los socios excesivos que busca Sánchez con ansia y sin cinto para coronarse conde-duque en el Teatro Nacional donde se representa la tragicomedia « La patria en tablas », igual que el toro mal estoqueado.

Contengan, sin embargo, su alegrón la derecha, la derechazi y el viejo socialista crítico si no prospera el burdo chantaje que exige el Puigdemont para colar amnistías gratis y referéndums luneros, pidiendo además alfombra roja para su vuelta al ruedo ibérico. Conténganse si creen que son ellos los que fuerzan a Sánchez a no tragar sapos y sapas ni pasar por las Horcas Caudinas de los independentistas culés y del hipócrita nacionalista vasco que ahora se les suma viendo que aquí hay padrino y gran rebatina de fites y perras, horcas a las que hay que añadir, alborotándose aún más el charco, el velorio de armas que anteayer mantuvo la cúspide mayoritariamente femenina de Podemos exigiendo con sus poquitos pero carísimos votos que sea mantenida (¿de mantenida?) como futura ministra doña Irene Montero de las Altas Torres Igualadas. Éramos pocos y aquí no hay abuela que se prive de parir.

El lío es tal, las servidumbres tantas y los equilibrios tan inestables, que lo mejor que puede hacer Sánchez es plantarse en esta  corrida de beneficiencias  y proclamar bien alto un castizo  ¡que vos den pol culo sopas!  o  ¡a la mierda, albañiles, se acabó la masa! , concluyendo así el inacabable  tute cabrón  que mantiene el robaperas oportunista. Y entonces Sánchez, que no es el tontisoberbio que sus enemigos suponen ni el socio-listo que él se cree, planteará pasar del tute al  mus , el juego de cartas más parecido al sexo, pues cuando uno tiene una buena mano, sobra el compañero. O sea, que va y se planta, dice que la España indignada no traga, manda al carajo al puto Junts, deja flojo al pene-uve, pasa del podemita, queda como un héroe, convoca elecciones, pilla buena manita de votos para no necesitar compañero... y yo no pierdo tres cenas.