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Falta ya menos para que los diputados demuestren si les importa más León o su pesebre. Después del castañazo de la doña «bocachancla» en sus intrigas para acabar con cualquier posibilidad de acuerdo entre el PP y la UPL —con promesa a su compañero de Congreso de que tres de sus alcaldes votarían al PSOE — se acortan los plazos para la presentación de la moción que enfoque la idea de que León es región y, como tal, tiene derecho a la autonomía. Los representantes ciudadanos harían bien en darse cuenta de que votar en contra no les saldrá gratis, de que obedecer al partido en todo y perjudicar con ello a sus vecinos siempre sale palancas. No hay más que ver el panorama que quedó después de las municipales para darse cuenta de que la era del cacique comienza a decaer, de que los olvidos comienzan a recordarse a la hora de elegir papeleta, de que en la era de la globalización —¡madre mía!— hay que ser muy leonés para ser universal. Es lo que toca a pesar de que sigamos pensando que se puede montar un relato de ciencia ficción para que los contribuyentes se lo traguen. El presidente, por ejemplo, uno de los Courel, tendrá que hacerse perdonar aquel día que pisoteó la bandera de León. Yo le propongo iniciar cada pleno con una genuflexión para demostrar que no está ahí para pagarse la dacha, que cobrar el máximo de la provincia a costa pipis bien se merece una reverencia, como el rey Luis pero en laico.

Uno de los Courel no se ha visto en otra. Siento recapitular pero ese arrebato lacrimógeno ante el harakiri de Eduardo Morán pasará a los anales del ridículo. Tampoco estuvo mal el intento del ex en hacer pucheros. Bueno, todo pasa, también los intentos por fingir. Ahí está el representante del PPOE poniéndose la medalla de defensor del cielo de León en contra de las renovables. Pasó cuatro años como presidente sin decir esta boca tiene dueño. No hay más que ver lo que hizo Alíder Presa, ahora en desgracia, con el geoparque de las Médulas. Que no vengan ahora, que si los nuevos ‘vitorinos’ no han conseguido desmantelar y destruir la montaña ha sido gracias a todas las asociaciones que han luchado para demostrar que quieren llevarse el sol para dejarnos su basura. De nada.