Vomitando

Como pólvora corre por redes y papeles y teles y manteles la nueva imagen que ha pagado con 17.182 calandrios la Junta de Castilla y León para vender turísticamente estas tierras. La desfachatez tiene su autor en esa consejería vacía de contenidos (y por lo visto, también de ideas, de estilo y del sentido más elemental) que preside el que vicepreside la unta untonómica sin más ni especiales méritos que ser sólo de Vox y, por ello, tener garantizado pillar su tetón de la ubre tras permitir con los votos de sus siglas que Mañueco siga mandando en estos bailes y ganaderías donde sobran mansos y cabestros: decimos ese Gallardo que se dice a un García pegado, superlativo bulto vacío en el ejecutivo castellano y leonés, y ahí lo ves, tío Mamés, cual si marqués se postulara.

Sin duda el lector ha visto ya de qué va la mandanga plástica: cuatro escupitajos plastilinos de colorín primario como único mensaje de cartel que rubrica un «Castilla y León» y, más abajo, su título noble, su mensaje, «EXCELENTE»... ¿excelente el qué, el lapo en colorines, el estallido de goterones, el vómito de un enfartucao de gominolas?... Y gallardamente nos explica el significado de los cuatro colores que son todo su mensaje de lo que turísticamente puede ofrecer esta tierra: el verde significa la naturaleza; el ocre, el patrimonio; el azul, el cielo y agua; y el rojo, el vino y la gastronomía (el escupitajo mayor ahí). ¿Están llamando tonto o ciego a quien mañana se plante ante esta imagen y no vea así de explícita y clara tanta maravilla sin poder negarse a la invitación y acudir ipso facto a cualquier destino turístico de esta comunidad?... Un estudio de arquitectos se lamentaba en el viejo tuiter: «¿¿¿Es posible que la Junta de Castilla y León haya cambiado una imagen única y original por un nuevo logo fabricado de formas compradas en el banco de vectores de Shutterstock??? El respeto por los diseñadores de aquí y por la propia comunidad que va a representar... ausente.» Piadosa crítica. En la tierra de más góticos, románicos, cordilleras, castillos, mesones, ríos... es un puto insulto.