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Mucho deben cabrearles tus murales, querido paisano, amigo Manuel, chacianiego universal que nunca enjaulas a los pájaros ni a las ideas en tus brochas de mural o en los lapiceros y pinceles tuyos que, aunque tengan que hablar de muerte, gritan colores vivos para que viva la vida o reviva en papel valiente o cartoné de brega, pincel que canta estrofas de lucha y caminata en tu corazón de sístole republicana y diástole libérrima, diría libertaria. Vaya si les cabrean. ¿Es que tanto les chingan para no dudar en asomar públicamente como hijos, sobrinos o nietos de la Gran Chingada?... ¿y además ladran?... pues buenísima señal, mon ami, eso es que te pillan cabalgando... y galopando, galopando... ¡a galopar!...

Rieron con sarcasmo como de victoria boba o cantada cuando el año pasado, a pocos días de culminarlo, destruyeron tu mural con el que se evocaba a los paseados y malenterrados de Medina del Campo. Lo mismo pasó hace tres días en el pueblo vallisoletano de Castronuño que estrena a las bravas alcaldía de derechas (gracias al voto del Psoe al Pp, curioso) tras 44 años de gobierno de izquierda. Incontinencia de estaca parecen tener y exhibir, pues a plena luz del día el teniente de alcalde encalador auxiliado de dos paisanas encaladoras se dijeron ¡la cal es mía! y la calle y la pared del común donde habías pintado hace un año tu mural por encargo público con el lema «Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo». Y lo encalaron sepultando tu voz y tus colores. ¿Es lo suyo la cal viva echándosela a la memoria que exige piedad y dignidad?...

¿Sabes qué?... que les dé el juez por donde les quepa porque les caben delitos varios: atentado al patrimionio municipal, destrozo de bien público, ataque a la propiedad intelectual del artista Manuel Sierra, incitación al odio, paletismo alevoso de ignorante sinvergüenza... y por idiotas, pues gracias a ellos ese mural tuyo está corriendo hoy de red en red, de país en país, viéndolo infinita más gente de la que sólo podría contemplarlo en ese pueblo.