Editorial | El porvenir pasa por la Vía de la Plata

Los caminos de civilización históricos han servido para convertir a León en una encrucijada de culturas que todavía no puede ser explotada como debería. El vínculo con las tierras que siguen la Vía de la Plata desde nuestra bimilenaria Astorga hasta Mérida son hoy un erial que empieza a coger color con el AVE a Extremadura y un incipiente desarrollo en este eje que no debería ser desaprovechado apartándolo del Corredor Atlántico. Han corrido ríos de tinta desde que los ciudadanos y empresarios de ambas autonomías comenzaron a ver que unas comunicaciones dignas más allá del cadáver de asfalto que es hoy la autovía A-66 serían una garantía de futuro, algo que ya debieron intuir los romanos cuando construyeron la kilométrica calzada que fueron asentando antes los tartessos. Y ahí se ha quedado, como en la edad de piedra. No es justo que los ayuntamientos tengan que abanderar una lucha para unir su porvernir por tren.