Diario de León

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Como los medios no dejan de insistir con informaciones, artículos o estudios sobre la depresión galopante que cunde en esta sociedad y en este tiempo tan vacío de valores y sentimientos, junto al aumento de suicidios, crecientemente juveniles, Peláez insistió en contarnos un viejo y tremendo caso sucedido en estas tierras. Sócrates torció el mostacho, pero acabó tolerando el temita porque lo de despedirse de este mundo cruel o de una perra vida invita a mucha pregunta filosófica sobre  El sentimiento trágico de la vida y de los pueblos , que dijo Unamuno y así tituló su célebre ensayo (¿hay alguien en la sala que lea hoy a don Miguel o le relea o recite al menos su «Salamanca, Salamanca, renaciente maravilla,  académica palanca  de mi visión de Castilla»?).

Peláez no se hizo de rogar y al relato se tiró. Recuerda que ocurrió no lejos de La Bañeza, y que fue hace ya algunos años, pon quince o más, el día de Año Nuevo, o sea, su noche, en una nave ganadera con corderos en la que un padre ordenó a su hijo que permaneciera allí velando hasta el alba ante el aumento de robos que se estaban produciendo en aquellas fechas navideñas por todo lugar. De nada la valió al mozo reburdiar su mala gana y maldecir su suerte ante la putada de no poder ir a tomar unas copas a la villa. Pero a eso de las doce no se lo pensó, cogió el coche que su padre dejaba siempre allí y se largó a pillar ambiente y barra. A la mañana siguiente, cuando llegó el padre a la finca se sorprendió de ver su coche atascado en el barro, con una puerta abierta y con tablas y palos bajo las ruedas indicando que quien fuera trató por todos los medios de desatollarlo. Además, la puerta de la nave estaba entreabierta y, cuando la abrió del todo, lo que vió le arreó un trallazo en las piernas de los que derrumban la figura; a un metro de su mirada colgaba su hijo de una soga en una viga... ¡Diossss, cuánto horror!... ¿de qué pánicos quiso huir el chaval sin querer siquiera estrenar el año?... ¿y qué perpetua cuchillada en el pecho no sentiría cada día ese padre hasta su muerte?...

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