Edificio de la Imprenta Moderna
Hacia 1905, la «Imprenta Moderna de Álvarez, Chamorro y Cia» inició sus trabajos en Los Cuatro Cantones (hoy calle Cervantes). En agosto de 1931 y tras desprenderse de su socio, Joaquín Chamorro Cadenas encargó a Luis Aparicio Guisasola un proyecto de Casa de Vecindad en un solar de la calle Legión VII, a cuyos locales trasladó la Imprenta y sus talleres, donde ejerció la actividad hasta su cierre en los años noventa. Aparicio concibió el edificio con muros de carga y pilares de acero en los locales sobre un sótano parcial para carboneras, que no se construyó. La planta baja para los negocios junto al portal con su escalera para subir a dos niveles y 4 viviendas, que en el transcurso de las obras se convirtieron en 6, al levantar una planta más. Distribuyó los pisos por vestíbulo y pasillo alrededor de tres patinejos entre la calle y un soleado patio posterior con las obligadas galerías. Trazó la fachada principal simétrica y tripartita. En la base, bello zócalo de mármol con los huecos de las tiendas enmarcados y en el eje, clásica portada vitruviana. En el cuerpo noble, miradores de obra sobre ménsulas fingidas que abren grandes vanos con carpinterías de madera, antepechos cajeados, barandillas Decó y pilastras de esquina con enigmáticos capiteles. Entre los miradores un frente de tres calles, el balcón principal en el eje y huecos verticales sobre repisas y consolas con los mismos pretiles bajo un bello alfiz de cuentas, muy Decó, entre dos estilizadas pilastras de «tramos arrugados» y «capitel vegetal» que recorren la fachada y apuntalan el friso, igualmente rugoso, bajo una prominente cornisa y la balaustrada que flanquea el frontispicio poligonal, escalonado, apilastrado, rotulado y fechado que remata la composición… Todavía lejos del racionalismo, Aparicio, titulado en 1928, encaraba su carrera leonesa instalado en un aparente Eclecticismo Neobarroco academicista y moderado, de carácter superficial, pero preñado de elementos Art-Decó que confieren al edificio una imagen refinada y elegante, muy del gusto de esa burguesía leonesa, provinciana pero culta que, por aquel entonces acababa de despertarse republicana.