Blanco, negro, gris...

A vista de dron, pájaro fisgón, las ciudades de Gaza trilladas a bombazos por Israel se ven en paisaje de cantera brutal a cielo abierto y todo parece una película en blanco y negro porque todo es gris, sólo gris, el gris domina todo encuadre, gris cemento, gris hormigón, gris polvo y cascote... desde arriba sólo las prendas de las hormigas palestinas que desentierran o deambulan entre la devastación confirman que son imágenes en color, puntitos de un chándal verde, un ropón floreado, una manta canela hecha jirones, una media luna roja en ambulancia ametrallada, un niño con camiseta del Barsa. Y desde ese gris hay quien quiere ver ese conflicto sólo blanco o sólo negro, proisraelí o propalestino, sionista o antisemita, victimario o víctima... cuando la realidad y la razón vuelven una y otra vez, tercamente, a lo gris, al sí pero no, al no pero sí, a un sí es no si se mira bien... o al viejo dilema del niño que pregunta: Papá, si matamos a todos los malos, ¿quedaríamos sólo los buenos?... No, hijo mío, sólo quedaríamos los asesinos.

Dicen en Gaza que los muertos que apilan y no dan abasto a enterrar pasan ya de ocho mil, de los que un tercio sólo eran niños, miles de voces blancas que han convertido en negras, angelitos de Dios que el Dios de enfrente no perdona. Si el que escandaliza a un niño hay que atarle evangélicamente una rueda de molino al pescuezo y arrojarle a lo más profundo del mar, ¿qué hacer con quien lo asesina?... ¿y cuántos más acabarán en la morgue cuando los acorazados israelíes y su fuerza aérea culminen su invasión total en la Franja calle a calle, túnel a túnel, extirpando, exterminando toda huella de Hamas?... ¿digeriremos también esas imágenes como rutinarias?... No se entenderá nunca esa guerra porque el futuro de esas naciones duerme en el pasado cada noche de urdir venganzas mientras ronca la Razón, un pasado donde una Biblia y un Corán no dejan de ladrarse, morderse, degollarse... ¡y viva el dios que nunca muere!... O blanco. O negro. Y así no escapamos del gris, de la niebla, cemento, cascote... ¿quién lo entiende?...