Editorial | Estrategia, no planes de choque en sanidad
El debate sobre las listas de espera en la sanidad es interminable, azuzado además por las deficiencias estructurales que la pandemia puso en evidencia, y que aún no se han superado. Un debate social, pero marcado en buena parte por la demagogia política y un partidismo que, desde luego, no alimentan la confianza de los ciudadanos en el que hasta hace poco presumía de ser uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo. Lo cierto es que las interminables listas de espera tienen consecuencias sociales, y también económicas: los retrasos en los diagnósticos provocan sufrimiento, y también costes en forma de bajas laborales que no deberían ser tan largas.
El remedio que se aplica suele ser aumentar los recursos: más contratos (algo muy discutido en la práctica), peonadas o traslado de los pacientes a centros privados. Poco se ha analizado sobre la efectividad de estas medidas.
A estas alturas del desajuste entre la demanda de asistencia sanitaria y los recursos disponibles parece evidente que los planes de choque no son la solución. Es necesario un cambio de modelo de gestión que se fundamente en el análisis y la racionalización de recursos y necesidades. Un plan estratégico a largo plazo, libre de cortoplacismos políticos.