Editorial | Un deterioro que no admite descuidos

La edad no perdona a los edificios, y el deterioro que el paso de los años causa en su estructura es desde hace tiempo motivo de preocupación. Más en una ciudad en la que los bruscos contrastes de temperatura agrietan fachadas y desprenden cornisas, con la ayuda en los últimos años de las cada vez más violentas borrascas y vendavales. León fue pionera en comenzar las inspecciones técnicas de edificios en 2009, y mantiene un calendario que este año obliga a la revisión a 660 edificios, todos los que ya han cumplido 40 años. Todos ellos fueron revisados hace diez años, y tendrán que someterse de nuevo al análisis de los técnicos. Y acometer las reformas que sean necesarias, porque en todos estos años la inspección municipal lo que ha demostrado es que uno de cada cinco inmuebles analizado presenta algún tipo de problema estructural. Una cuestión de seguridad, para los habitantes y para los viandantes, que no admite ningún relajo.