Grandísimo Luisito
Antonio Pereira, que anda gozando en los divinos candelorios del centenario que aquí abajo se le tributa con sobradísimo merecimiento, cuando se encontraba en los prólogos de algún acto, fasto o mantel con Luis Mateo Díez exclamaba un festivo ¡Luisito! que era todo alegría de encontrarse y buena entraña de entenderse y de quererse, un diminutivo admirado que se reserva a lo familiar o amistad antigua que no decrece. Y ese ¡Luisito! resonado fue lo primero que me vino a la oreja al conocer que a Luis Mateo le han concedido el premiazo Cervantes 2023. Su trayectoria literaria, el alma de su prosa y la hondura tierna de sus ficciones se resumen en un «se le adeudaba». Ya lo expresa con todo tino el jurado en su justificación: prosa singular que sorprende por sus continuos y nuevos desafíos , destacando su pericia y dominio del lenguaje, así como su humor expresionista con el que retrata la complejidad humana .
Qué alegrón se habrá llevado Pereira. Qué alegrón nos llevamos aquí todos. Qué alegría paisana sacude hoy como un calambrazo el espinazo de esta tierra incluso en quienes no le han leído y hasta es probable que no le lean pese a este certificado de garantía que otorga el premio máximo de las letras españolas e hispanoamericanas. Y no te digo el alborozo de ahora mismo en el Reino de Celama , la nación narrativa que él ideó para alojar en ella la república de los entresijos del hombre, la mujer y los niños, cosmos inagotable en su infatigable escribir.
Pero aparte su categoría literaria -ahora con laurel servida-, han de destacarse aquí dos virtudes sin las cuales no habría ido tan finísima su escritura: la bondad y el humor que le hacen espejo de un Pereira socarrón. No se le conocen por eso enemigos, ni el envidioso podría serlo, ni tampoco los retratados en aquella sátira poética de 75, Parnasillo provincial de poetas apócrifos , piadosa maldad sin sangre que cultivó la sonrisa inteligente. En fin, ¿quien no siente un impulso irrefrenable de adoptarle en cuanto cruza dos palabras con él? Grandísimo Luisito.