Los tres Pedros Crespos Calvos
A Gregory Nemitz le aparcó la Nasa una nave en el asteroide; y le giró un recibo a la agencia de inteligencia exterior, por 20 dólares, que se deducen de 20 centavos anuales en el transcurso de cien años. Los tribunales le dieron la razón a la Nasa, como es posible que en condiciones adecuadas, se la terminen por dar a Puchi. El aparcamiento indebido de material interestelar se localiza en el asteroide Eros, 433, o al revés, que al final en vez de nombre de piedra que vaga por espacio como puta por rastrojo lo tiene de perfume de regalo en San Valentín. Gregory Nemitz asumió que la mitad de la gente pudo ver que con la demanda estaba en algo beneficioso; la otra mitad, que estaba loco. Gregory, al que algunos portales con corresponsalía en el firmamento llaman Greg, ve las cosas como las puede ver Pedro en este momento de iluminación; ese Pedro del que me habla usted, ese, Pel de arriba Pel de abajo o Pel el del arrabal. Hay tres pedros crespos calvos carpinteros nel llugar. Hay tres pedros crespos calvos que nun quieren trabayar. Gregory se hizo fuerte para cuestionar el tratado de espacios extraterrestres fuera en los tribunales; ante los tribunales de un país libre, ojo, que no sería lo mismo que llevar el caso en un jardín vallado con carteles de cuidado con el perro y entra usted en zona de lawfare. Nemitz, en descarga de su ocurrencia, alegó que el erial que gira sobre nuestras cabezas fue descubierto en 1888: y, que desde entonces, hasta que la sonda espacial de la Nasa se aparcó sin pagar el ticket de la ORA, en 1996, a nadie se le ocurrió reclamar la propiedad. No todo va a ser en la vida realismo democrático. Hay analogías con la actualidad que es mejor pasar con la vista entornada al suelo; cosas de políticos, y la política, para el que vive de ella. De vuelta a pedrusco, tiene dimensiones de 34,4x11,2 kilómetros, con una superficie rica en silicatos, que así, a bote pronto, sugiere un buen aprovisionamiento de materia prima para reforzar cartílagos y reabrir la fábrica de Rubiera. Nemitz tiene perfil de ministro del próximo gobierno. En un momento, le da la vuelta, y pone a la venta el asteroide por un módico precio de 15 millones de dólares. Igual no es mala idea una parcela allá arriba, ahora que vienen, que vuelven, digo.