Editorial | Modelo sanitario: siempre en la encrucijada
El sistema sanitario español tiene un problema severo de sostenibilidad. Las cuentas no salen, ni siquiera en el medio plazo, y las carencias de financiación generan serios conflictos, especialmente en las autonomías con menos privilegios, que se las ven y se las desean para atender a los ciudadanos. La búsqueda de nuevas fórmulas para estabilizar el sistema se entremezclan con afanes políticos no siempre bien entendidos ni explicados. En la era covid se aprobó un intento de fusión, por la vía de urgencia, de los mutualistas del Estado con la Seguridad Social que fue anulada por el Constitucional. Alegó que debía tramitarse por los cauces normales. La decisión afectaría a dos millones de personas de Muface (funcionarios), Isfas (fuerzas armadas) y Mugeju (justicia). El Ministerio de Sanidad, de la cuota de Sumar, es partidario de la fusión. Pero los expertos no lo tienen claro. El Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) calcula que el modelo actual es unos 800 millones de euros más barato que el quedaría tras la unión.