Diario de León

Creado:

Actualizado:

Andan dolidos en Acom, como anduvieron siempre, a cuenta del reparto de sillas con membrete donde aposentar traseros en posición de descanso. Que es en la que lleva demasiado tiempo la asociación de municipios mineros, hoy Red Municipal por la Transición Justa, porque las comarcas del carbón son ya una minoría en el grupo de territorios con más empuje y cierres de térmicas y nucleares que disputan los fondos. Que intente saltar ahora la polémica sobre quién mangonea un grupo ahogado desde hace demasiado tiempo en un silencio sangrante y cómplice tiene poco interés, para ser realistas. Que se pregone que se pone en peligro el objetivo de colocar a los municipios mineros al frente de la transición justa sonroja. Como debería sonrojar, en caso de que alguien se hiciera cargo del naufragio, que décadas de inversión de fondos mineros para la reconversión económica y social (más en los papeles que en el desembolso, aún así multimillonario) hayan dejado como herencia un gigantesco rastro de nada en las cuencas.

Pero aquí nada saca los colores a quienes de tanto en tanto pugnan por su carguito institucional. Ni siquiera la ministra Ribera, que acaba de pasear sus reales (los pobres) del turno de presidencia española de la UE por El Bierzo. Sin gloria, pero incomprensiblemente sin pena. En Ponferrada plantó la implacable vice que pregona el verde pero ha intensificado el negro de las cuencas que El Bierzo es el paradigma de la transición verde impulsada por el Gobierno de España. No hay más que darse un paseo por la zona, como por el resto de los rastros del carbón, para sentir el escalofrío no ya del declive, sino del desencanto y el descreimiento. Y esas son dolencias muy difíciles de erradicar.

Ahora el Plan de Dinamización Económica de los Municipios Mineros anuncia 281 millones de posible inversión hasta 2027. Que se suman a los 439 millones regados desde 2016. Casi todo, fondos europeos. Se olvidan de apuntar que sólo llegarán con proyectos empresariales, así que el rédito final, como ha ocurrido siempre, será mucho menor.

Si nuestras cuencas son protagonistas en Europa es en proyectos, también generosamente financiados, como el Bolster, que investiga el control de la transición justa en diez regiones que «considera marginadas». La Comisión Europea pone nombre y apellidos a nuestra herencia minera. ¿Algo de lo que presumir?

tracking