Nieve, por favor
Hermelinda G. P. quería que al menos se viera nieve en los altos por estas fechas y, si hubiera suerte ese año, nieve a los pies de su casa en un pueblo de La Ribera de esos que están a un tiro de ojo del nevero y a otro del secarral paramero. Y siempre se lamenta en Navidad con su ¡ojalá nieve al menos en Reyes! , de suyo algo probable en León. Que nieve estos días por todo lugar, insiste, para poder poner al menos un manto blanco que tape la realidad fea y parda del sitio, los pueblos pardos, las calles pardas, las casas pardas, los días pardos... y los pardillos... o tiesos como los del pardal en estos inviernos picando poco y haciéndose pelota en rama de sebe o jardín desnudo. Nieve, por favor, ruega Hermelinda en su casa y corrillos. Pero mira hoy al largo espinazo montañoso que pone frontera a nuestra envidia de lo cantábrico y no ve siquiera espeluje de nieve, un risco enharinado, algún pañuelito tendido. Nada. Sólo peña. Peña oscura. Corazón triste. Villancico a boca cerrada. Ladera desnuda sin el vestido blanco de vírgenes casaderas. No es plan. Tira padentro, Ramirín, y enciende al menos esas lucecitas epilépticas que compraste en los chinos y que hacen como que caen lágrimas del techo y por los balcones. A falta de nieve, buenos son engaños.
Y entonces entristecí aún más a Hermelinda G. P. al recordarle el lema con que echó a rodar hace 50 años la estación de San Isidro ufanándose ante Pajares, entonces el único esquiadero y, además, harto asturiano... lema que aseguraba «Esquí de noviembre a junio », o sea, siete meses seguidos de pistas y resbaladeros. Aunque fue baladronada paletona, sí que era cierto que de diciembre a abril estaba más o menos segura la cosa; lo de meter cañones de nieve mentirosa tardaría en necesitarse. ¡Y sólo han pasado 50 años! Adiós, vieja nieve, adiós. Se ve que el clima tiene unas prisas que su cuñada Teria siempre niega, negacionistina nos salió. Pero no se resigne, Hermelinda, rece al Cielo, bien alto, mujer, que se está volviendo sordo. También le valdría la Virgen de las Nieves. Nieve, por favor.