Todas las fechas
Nunca me habían interesado las fechas, pero ahora pienso más en ellas. Dicen que es la edad. Mi mujer me bromea: «Dudas de cuándo es nuestro aniversario de boda, pero sabes qué día se casó Cervantes». Le digo: «Vale, sí… pero es que lo mío contigo más que flechazo fue garrotazo, y desde entonces tengo mis lagunas». Seguidamente, canto eso de: «Mira mi brazo tatuado/ con este nombre de mujer». Tampoco soy un erudito, hay quienes además de la fecha de la boda de Cervantes se saben el menú. En fin, sé que este domingo será 31 de diciembre. Nunca he sido de confeti y matasuegras. Festejo a mi manera, hacia dentro y con gratitud, disfrutando con el jolgorio ajeno. Si he de ser justo con 2023, ha sido un buen año para mí. Me han pagado por actividades que me hizo feliz realizarlas. He hecho nuevos amigos, a quienes ya quiero como si llevaran desde siempre en mi corazón. No creo haber perdido en el camino ningún valor de los que aprendí observando a mis padres. Y aún me gusta escribir esta columna, después de casi cuatro décadas escribiéndola. Los años, de momento, solo me hacen ir algo más al servicio. Sí, 2023 se ha portado bien conmigo… pero… ¿cómo no sentirse herido por el dolor del mundo? Mientras escribo esto, Marta asoma la cabeza por la puerta del despacho y me pregunta: «¿Estás inspirado?». Contesto: «Ahora, sí».
No conozco otro método de escribir que ponerse a ello, y aún no he adiestrado un tití para que me eche una mano cuando me atasco e un párrafo. Pero, a la vez, sé que esto mío no es solo oficio o tablas. Todo debe salir de los adentros, de una memoria más allá de las fechas… Por ello, el gran reto del columnista nunca es escribir bien o bonito, sino con Verdad. A veces, sale; otras, no. Pero no lo llames azar.
He prometido a Marta que esta nochevieja no empezaré muy temprano a bostezar. Puntualiza: «Pero no vale estar dormido con los ojos abiertos». Me conoce. Pero este año resistiré. Y recibiré 2024 brindando por el Amor, pues incluye todo aquello por lo que merece la pena brindar y que nos convierte en prójimo. Y le daré las gracias, tanto por los servicios prestados como por los que prestará. Feliz año, querido lector. Y este deseo incluye a todas sus fechas.