Cuando amamos
Ahora que 2024 ha nacido, hagámosle algunas advertencias acerca de lo que le espera y démosle algunos consejos, antes de que crezca y se nos venga abajo, como le ocurrió a 2023. Duro cometido el suyo, y los primeros días son decisivos en la vida de un año. Su infancia pasará en un santiamén, hacia abril tendrá ya el pelo canoso por el estrés. Escucha, pues, con atención, pequeño 2024: los seres humanos tenemos un punto -incluso dos- de agresivos, egoístas, arrogantes… larga es la lista de nuestras debilidades… pero cuando amamos… ah, cuando amamos…. se nos ilumina el corazón. No te desanimes, pues, ante la que te viene encima. Tenemos guerras, sembramos dolor. Pese a ello, no todo salió mal en nosotros. También podemos tener amigos, componer música bella y escribir buenos libros que nos iluminen, bailar y hacer reír, ayudar y perdonarnos, caer y levantarnos, fraternizar… rezar. Puedo garantizarte, pues, que con la condición humana no vas a aburrirte. Y el invierno solo dura tres meses, seis en León. Resiste, ni se te ocurra cogerte un año sabático, ni siquiera un puente. Ya descansarás a partir de enero de 2025. Si te irritamos mucho, contén la respiración y cuenta hasta cien. Escampará. Cuando ama, el corazón humano se torna bello paisaje.
Tienes mucho trabajo por delante, si quieres arreglar algo de lo que hemos estropeado ya solo en 2023. Lo sé, hay días que te sentirás retratado en El grito, el cuadro de Munch. A muchos nos pasa igual, contén la respiración y cuenta hasta trescientos. Ah, te chocará que ahora a la autodestrucción la llamemos inteligencia artificial, incluso progreso. ¿Hay remedio para un mundo herido? Solo el amor nos salva.
Pero, sí, acumula fuerzas en enero, para que no te nos desanimes ya en febrero. No podrás coger bajas. Si un día ya no aguantas más, llámame y damos una vuelta. Podemos ver juntos Una noche en la ópera, que es mano de santo, o alguna de John Ford. En casa, Marta hace una tarta muy rica. En fin, aprovecha estos pocos días de inocencia, aún pequeño 2024, pues pronto habrá días que te pesarán como siglos y te sentirás desolado. En fin, ¿sabes contar hasta un millón sin respirar? No te rindas. Resiste. Porque cuando amamos… ah, cuándo amamos.