La promesa de acabar en 2011
El pasado viernes tocó estreno de Puente. Muy cerca del puerto del Cebrero. En precario, pero a golpe de bombo y platillo. Tras años, literalmente años, desde que se cortó al tráfico, aunque luego tardó algo más de doce meses en derrumbarse, el viaducto del Castro ya tiene uno de sus cuatro carriles. En dirección Madrid, quizá para animar el éxodo, se circula entre dos líneas amarillas por un sólo carril frente a los dos que tienen otras autovías mejor tratadas. En dirección Galicia ni existe siquiera el viaducto. Pero fue el estreno de Puente, de Óscar Puente, que quizá ansioso por exhibir sus galones de ministro por la provincia, optó por irse al punto más lejano, a la frontera con Galicia, con respecto a la ciudad con la que un día ‘se hermanó’ junto al entonces alcalde Silván para jurarle amor eterno a León.
Al que muchos ven como macarra, como sicario... de Pedro Sánchez, quizá le salió más bien la vena de prestidigitador. Repitió un guion ya conocido. El citar proyecto por proyecto, sueño por sueño, para encomendárselos al diablo, ese que unas veces se aparece como comisión de investigación y otras como estudio de viabilidad. Trampantojos como el que ahora se plantea para la renovación del tren hacia Galicia. Se envía la ficha a la casilla de salida, se deja todo para nunca jamás...
Lo curioso es que todo esto llega en vísperas de un ‘histórico’ aniversario. En cuestión de meses se cumplirán 20 años de aquel Consejo de Ministros que trajo Rodríguez Zapatero al entonces flamante Hostal de San Marcos. Tras la visita de Puente incurrí en esa descorazonadora experiencia que es siempre mirar la hemeroteca en esta provincia. El balance de aquella jornada, en la que ya se hablaba de frenar la despoblación, es terrible. Sólo migajas frente a las páginas que se llenaron a golpe de «histórico» tras «histórico»... Entre tantos y tantos anuncios, marcados por plazos que nunca se cumplieron, se incluía la previsión para la puesta en servicio de la vía desde León a Monforte, de tren de alta velocidad, como compensación por la catástrofe del Prestige . Desde hacía tiempo se trabajaba en la segunda fase, de Ponferrada hacia Galicia, puesto que la primera, conocida como ‘el ramal berciano’ ya estaba en marcha en los documentos. Ese día, del verano de 2004, se estableció una fecha de finalización: 2011. Y de ahí, encarrilados al país de nunca jamás. Lo único que concluyó ese 2011 fue la estancia de Zapatero en La Moncloa.