Repatriado
El día de Reyes es para los mayores el día de los repatriados, pues nos devuelve a la única patria cierta del hombre, la infancia. Y a ella me llevó la pregunta de un amigo queriendo saber qué regalo en especial recordaba de crío. Mi primer pensamiento, sin embargo, se fue a los regalos que nunca tuve, aunque no por ello los eché tanto de menos: jamás un colt-46, tan en boga entonces para matar indios o forajidos, quizá por ser mi padre excombatiente en una Guerra aún cercana que latía en silencios y culpas (pistolas o escopetitas ¡no!), nunca el típico trenecito (y eléctrico, ni soñarlo) que a alguno de mis nueve hermanos sí le alcanzó una vez, ni un camión, ni un triciclo o patinete, ni un mecano, ni un juego de química para instruirme en un necesario terrorismo infantil... Y por más que escarbé, sólo me vinieron a la lista una armónica con la que me hice odioso a las orejas de los de casa, unos «Juegos reunidos Geyper» que no valían para uno solo, con lo que en realidad les tocaba también a todos los demás, y un ajedrez, amén de un ejemplar de la colección «Vidas ejemplares», o sea, de santos (mi familia siempre fue muy de iglesia y nada de desfiles, campamentos o cofradías), que venían a ser como un cómic y que inevitablemente nos caían todos los años a cada uno de la recua fraterna (recuerdo imborrables dos, la del santo Cura de Ars, tipo flaquísimo de sotana y teja raras al que no cogí simpatía alguna, y la de san Pascual Bailón, un fraile trampalantrán que se ponía a bailar muy desatado ante el Santísimo como quien reza con los pies).
De esta forma afrontaba yo la mañana de Reyes no sin cierto complejo y quizá envidia al ver que la chavalería del barrio salía a la calle a lucir sus regalotes (un coche a pedales, un disfraz de David Crockett, una bici, unas cartucheras doradas); ese es el gozo de ese día: que el resto chinche o rabie. Pero seguiré aconsejando que a todo niño deberían dejarle los Reyes un instrumento musical, un ajedrez, unos prismáticos para fisguarlo todo y una guía de pájaros para ver cómo eran algunos de los que ya van desapareciendo.