Cerrar la boca

Urgente. Cerrar la boca un rato para poder abrir la oreja. Detener la incesante perorata propia y escuchar lo que dice el otro. Si la política no va por ahí, sólo será una guerra de mierda, tormenta de ruido y sombras que oscurecen la realidad, lo que sucede, es decir, la vida, la verdad, lo único que importa. Pero hay que recordar que esa verdad -llámese razón- no tiene un único dueño. ¿Es que no le cabe algo de verdad o razón al otro, al adversario, al enemigo perpetuo?... Si no se acepta esto, la política sólo será pura estratagema de exterminio, actitud que lleva a negar la  coexistencia  y así lo vemos hoy en esta realidad nacional o internacional que nos aturde... coexistir, el derecho a vivir que todos tienen y que debería ser el único guión de toda palabra y toda conducta. Urgente: silencio. Y  cuando no se sabe qué hacer, lo mejor es no hacer nada , dijo Buda.

Así las cosas, se está llegando a afirmar -cada vez con más vehemencia o violencia, con más grada y más grito- que la democracia no funciona, que el sistema es un simulacro de la política y el dinero para vestir de legitimidad su poder encastillados en instituciones y entes donde anida la corrupción política, financiera, sindical, social... Y con insolencia provocadora van ganando adeptos quienes predican el lema tocho y tajante con el que se conducía aquel viejo párroco de Maraña, un dómine arreador que hacía restallar su vara de acebo en el faldón de la sotana proclamando su método infalible:  ¡Pan, palo y catecismo!  (su sucesor añadía ¡y gramática!)... o sea, el trumpismo de horizonte, el neofacha trincherista, el nacionalismo ¡chate juera!, el izquierdismo hecho dogma, el despotismo iletrado, el que desprecia cuanto ignora, el tiranuelo perfumado, el líder de leñazo y tente tieso... Pero sólo añadiendo a la verdad de uno la verdad que haya de caberle al otro se atajará esta infección con tendencia a gangrena; y tras ella, claro, la amputación. Aunque también es cierto que la cagamos votando más  contra  alguien que  a favor  de qué, democracia resentida, malo. Cerrad la boca un rato. Abrid la oreja.