Edificio Regino Álvarez

León, noviembre de 1953. Felipe Moreno Medrano firma la elevación de una planta en un edificio en construcción, proyectado por él mismo en 1949 para Eutiquiano González, y recientemente adquirido por Regino Álvarez, que en marzo de 1954 obtuvo licencia para levantar dos plantas más, en un solar de la plaza Elíptica (hoy de Fernando Merino) c/v a Conde Guillen y Bernardo del Carpio, cuyas obras dirigió con Eduardo Magdalena Bergia como aparejador. Proyectó un sótano parcial para calefacción, la planta baja para comercios y el portal con escalera y ascensor. La planta primera para 2 viviendas. Y otros cinco niveles bajo un ático parcialmente retranqueado con 12 viviendas más. Dispuso los alzados tripartitos. Basamento revocado de dos plantas; la baja con los locales y en el eje del chaflán una extraordinaria y marmórea portada jónica que invade la planta primera entre vanos enmarcados. El bloque principal de cinco plantas. En los laterales lienzos de ladrillo abriendo huecos regulares, también recercados, junto a miradores de obra enfoscados, como el frente simétrico a la plaza, de esquinas redondeadas y cuerpo en voladizo con novedosas y apacibles terrazas bajo una destacada cornisa y el peto de los áticos que llevan a fachada volúmenes aislados sobre los miradores laterales, y otro mayor al chaflán con galería de arquillos apuntalados y empinados faldones de pizarra abuhardillados... Moreno se movía con facilidad en aquella arquitectura de ascendencia escurialense propiciada por el Régimen. En su Memoria del Proyecto podemos leer que trataba de «ajustar las proporciones de las fachadas para obtener una composición acertada… adecuando los vuelos de los miradores a la categoría de las calles y plazas circundantes»… ¿»Academicismo funcionalista»? Tal vez... Pero algo estaba cambiando en aquel «escenario de transición» que fueron los años 50. Pronto, en palabras suyas, le veremos «alejarse de ese clasicismo y tipismo trasnochado para acercarse a las nuevas tendencias de la arquitectura»…