Editorial | Tiempos modernos para un edificio histórico
El Trianón vuelve a respirar, y eso ya es una gran noticia. Lo hace primero para sacudirse la mugre acumulada durante casi dos décadas de abandono, en busca de una actividad económica que evitase la pérdida de un edificio emblemático en León, que no ha tenido una vida inmobiliaria fácil. Solo será posible ya recuperar una parte de su esencia original, y su actividad será muy distinta a aquella con la que fue concebido, pero los tiempos son hoy muy distintos.
En cualquier caso la ciudad tiene que felicitarse porque al fin arranque la recuperación del edificio. Por un lado porque se recupera una parte del patrimonio, que no logró alta protección administrativa pero está en la memoria colectiva y en la historia de los leoneses. Por otro, porque se pone en marcha una nueva y ambiciosa iniciativa económica. Resultaba ya intolerable semejante imagen de cochambre en el corazón mismo de la ciudad.