La década de los prodigios
Ahora que somos tan aficionados a recordar todo tipo de aniversarios, se cumplen exactamente dos siglos de la llamada ‘década ominosa’. En ese terrible tetris que es la cronología del siglo XIX español corresponde al periodo entre 1823 y 1833. Es la época del regreso del felón Fernando VII a las andadas. Cuando todos los sueños de las Cortes de Cádiz y la batalla en unidad contra la invasión napoleónica se disipaban a golpe de retorno al autoritarismo.
Quizá tiene especial valor, a la luz de ese siglo decimonónico de vaivenes y las secuelas arrastradas largamente, el hecho de que España supere ya los 45 años de estabilidad democrática. Con un régimen homologable de libertades y derechos, que probablemente se podrían mejorar y ampliar a poco que todos estuviesen dispuestos a remangarse y echar una mano.
Pero hoy no toca hablar de la ominosa, más bien de otra década calificable de ‘prodigiosa’ en honor a los prodigios que nos han ido enfangando sin descanso ni pudor
Estos días se habla del décimo aniversario de la fundación de Podemos. De aquel Vistalegre que lo iba a cambiar todo, y que el tiempo ha probado que lo único que cambió fue a todos (o al menos a la mayoría de los que allí estuvieron). Probablemente supuso una alteración notable del devenir de la política española. Se inició el ciclo del pret-a-porter, del low cost, de la fast food en forma de mensajes facilones y alterables, de rápido consumo e inmediata fase devolutiva.
En estos últimos años, la Democracia ha sufrido envites desde un triple frente, lamentablemente con el apoyo de los dos grandes partidos, para intentar minar al contrario. Ultraderecha, centro y ultraizquierda. Todos con artimañas tramposas de vendedores de crecepelos, ofreciendo bálsamos milagrosos, mientras en sus cocinas practicaban lo mismo que los de siempre pero con mayor indecencia. Surgieron del desprestigio de los llamados partidos clásicos y consiguieron repetir sus guiones en sus extremos máximos.
Uniendo lo de Kennedy de qué puedes hacer por tu país y esa máxima de preguntarte qué has hecho para lograr un mundo mejor, el balance de los ‘prodigios’ de Podemos-Ciudadanos-Vox no tiene ni un pase. Analistas prevén para 2024 más descalabros. Ojalá. De momento somos víctimas de sus efectos. ¿Pedro Sánchez tendría su actual ‘hoja de servicios’ sin tanto peaje por este puzzle político ‘ominoso’?