Lo que se juega en Galicia
La política nacional pasa estos días por Galicia. A menos de un mes para que se celebren elecciones autonómicas la presencia de los líderes de los partidos nacionales lleva camino de convertir el resultado de las urnas en un doble juicio político. Desde el Partido Popular plantean los comicios como la primera ocasión para castigar a Pedro Sánchez por sus pactos con los separatistas —en los mítines los dirigentes populares hablan más de la ley de Amnistía que de los problemas regionales—.
La campaña del PSOE, que implica a todo el Gobierno con el presidente a la cabeza, centra su ambición en conseguir que el PP gallego no logre revalidar la mayoría absoluta, circunstancia que sería presentada no tanto como un fracaso de Alfonso Rueda, el candidato a la Xunta, sino como una derrota de Alberto Núñez Feijóo.
Por las paradojas a las que da lugar la política en esta apuesta, quien más se juega es el líder de la oposición, porque si el PP no consigue retener la presidencia de la Xunta sería cuestionado su liderazgo. De ahí la importancia que tienen estas elecciones a celebrar el 18 de febrero, aunque en puridad la extrapolación de los resultados de unos comicios autonómicos al escenario nacional no respondería a otra lógica que la de aprovechar cualquier traspiés del contrario.
Donde sí podría hacerse es con las elecciones al Parlamento Europeo —que se celebrarán el mes de junio— porque el sistema de elección es de circunscripción única y en España nos corresponderá elegir 61 eurodiputados de los 705 que formarán parte del nuevo Parlamento Europeo.
Es más que probable que, llegado el mes de junio, la dirección del PP vuelva a plantear la campaña europea como un juicio sobre la forma de gobernar de Pedro Sánchez. Algo similar ya están intentando desde La Moncloa aprovechando los comicios gallegos de febrero en relación con el liderazgo de Núñez Feijóo.
Desde la perspectiva de la política nacional es mucho lo que estará en juego el 18 de febrero en Galicia.