Editorial | Demanda vecinal de seguridad desoída
El problema que generan los narcopisos en las ciudades es complicado. Es lógica la denuncia de los vecinos. Tienen todo el derecho del mundo a que se les garantice su integridad física y su seguridad. Pero el sistema es lamentablemente complejo. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, a través de sus representantes, lamentan que están atados de pies y manos por una legislación que es garantista. Lógico, por otra parte, que se intente desde la Constitución y las leyes evitar abusos tanto policiales como judiciales. En este campo, también afectan de manera directa las complicaciones que presenta el tercer poder a la hora de plantar cara a los problemas. Suele dar la respuesta adecuada pero cabe la justa crítica hacia unos tiempos —también porque actúa con prudencia— que genera unos daños evidentes a los afectados por un hecho como el que se vive en estos momentos en el Crucero. Asumidos todos estos elementos de una realidad compleja, cabe ponerse del lado de los vecinos. Y exigir a los implicados soluciones ya.