Candidatos a las elecciones en junio
La última traición de los paquidermos de la Unión Europea a los paganos esclavizados que pastorean pilló a los pata negra de la política en mitad de una conferencia de alto nivel sobre la bicicleta. No va a ser por la Bianchi. Eso de alto nivel lo remarca la propaganda de los gabinetes de desinformación, que no dejan de actuar como que escriben para pánfilos. Ya pasó, cuando la ola que no amaina (más del 5% de la población es invasión, lo dicen los demógrafos) sorprendió al poder mientras extendía multas a los abuelos que dejaron al perro atado a la puerta del súper. Este día de atrás, los jubilados nos pusieron en la pista de cómo se entorna el sistema, con la buena nueva de que acaban de subirles cien pavos en la pensión. Al mes, no al año. Hay una estadística en busca de pista para aterrizar en un titular de la prensa del régimen que detalla cómo seis de cada diez declaraciones de renta de más de treinta mil euros, que son cinco millones de pesetas, Torrente, corresponden a pensionistas. Estas terminaciones para el gordo de la lotería que se sorteará un paso más allá del ciento y pico por ciento del endeudamiento del país, estado, nación, no del otro país que también arrastra pufo, desagradan a la tertulia del clan de los Alfonsos, blindados por una legión de periodistas tan abultada como la que acompaña a la brunete blanca en ese trance de acusación particular del caso Vinicius. Los Alfonsos, los Fonsis, como los Javis, son a León la versión local del movimiento de opinión sincronizada, que aspira a disciplina olímpica. Por esa regla de tres, se resistieron los noticieros a contar que el tumulto a las puertas de París ya viene de Alemania, de la misma llama que prendió en Holanda, gloria al BBB, y arrasó Rumanía y Polonia, frontera este y última esperanza de occidente y el mundo libre. Con el avance de Massey y New Holland en Francia, tiemblan como flanes los guardianes del establisment que sujeta el negociete. Ursula von der Leyen, que mira a Sánchez como la Magdalena a Cristo, se viene a tablas y pide diálogo; de agricultores y los que deciden en la UE. Que no son a los que van a votar en junio. Qué va a ser el diésel. Notre fin, votre faim. Y no hace falta ir al Liceo Francés para entenderlo.