Esos tres monos
V iendo tanto como nos enreda y aturde, ¿habrá entonces que envidiar a esos tres monos que pintan tapándose los ojos para no ver, las orejas para no oír y la boca para no decir ni pío?... no mirar, no oír, no hablar... ¿qué resuelve?... ¿quizá no enloquecer y poder decir ¡problemas ajenos de aquí me cuelgan!?... ¿pasar de todo?...
Hay que cerrar más a menudo el oído, nos dice un mono, ya os triza bien los nervios la avalancha de guerras inconcebibles, climas demasiado concebibles, inteligencias artificiosas para ser mediocres o más tontos, horizonte laboral en balsas de precariedad... ¡Apagad ese altavoz!, ¡cegad la mirada y escuchad vuestros adentros!, dice otro mono. El silencio es la elocuencia del sabio. Y en boca cerrada no entran moscas. Ni salen avispas, creo yo.
Es curiosa la historia de esos tres monos. Son japoneses. Están tallados allí en un templo del XVII, aunque cinco siglos antes ya los nombraban; se llaman Mizaru , Kikazaru e Iwazaru . La tradición los entiende como «no ver el mal, no oír el mal y no decir el mal» y les tienen por los tres monos sabios o místicos . Sin embargo, el pueblo los interpreta como un «rendirse al sistema», como un « Código de conducta que recomienda la prudencia de no ver, no oír la injusticia y no expresar la propia insatisfacción », con lo que, de repente, se me chafó envidiarles. No es atractiva la idea de un pueblo dócil y resignado alfombrando a tiranías. Así que dejémonos de monos y atendamos mejor al consejo evangélico que, metiendo también bichos, decreta otro proceder: « sed astutos como serpientes y cándidos como palomas », como quien dice ¡mantened las alertas de la culebra para discernir los peligros o los bocados!... y como la paloma, persistid en la candidez (cándido: que no tiene malicia ni doblez) para dejar a lo bueno alguna puerta abierta.
Pero allí otro templo añade un cuarto mono, mi favorito, tapándose los genitales, o sea, ¡no joder! , no putear, no estorbar ni malmeter... eso que nos traería tranquilidad y ganas... sólo así la gente y un país logran intuir futuros.