¿Te extraña?
L os ingresos de Louis Vuitton en el último trimestre de 2023 subieron a 23.948 millones de euros... ¡en un solo trimestre!... Se entiende. Lo que vende esa marca no es sólo calidad, sino lujo, posición social, así que tras el ¡uf! de asombro con las cifras, unos se maravillarán y otros inflarán la gaita maldiciendo la condición humana y a quien la explota metiéndole ganas de clase y de distinguirse con tan sólo decir ¡es calidad superior y buen gusto! , cuando en realidad sólo va de patadita en la boca a quien no lo alcance. Ese es el truco: dar que hablar y, mejor, envidiar. Ved la cara de superioridad o pechuga-pava real que ponen tantas al lucirlo; ese es primer el premio, casi orgasmo.
Vayamos con el truco. Pon uno de esos bolsitos luisvuitón . Su calidad es cierta. Su precio oscila entre los 1.500 y los 4.000 euros. Pon que su coste de producción son 200; y te pasas. Pon publicidad carísima en eventos, deportes y campañas humanitarias o ecologistas. Pon lo que quieras. Y añádele el pingüe beneficio que se lleva el amo, Bernard Arnault , el más rico del mundo, según Forbes , ganando a Bezos o Musk . La gente, pues, paga encantada algo que supera quince o treinta veces su coste. Y aún así acepta que «lo vale».
Pero la principal publicidad no es la que se gasta la firma, sino la que encantadamente le hace la hechizada clientela ávida de exhibirse en todo sitio y situación mostrando ese rumboso bolsito plagado del logo de la marca que ahora lo exageran en obsceno ¡y en feo! para verse a cinco leguas. De eso se trata: que miren y cuchicheen. Y es que, amén de pagar fortunas, los que compran esa marca se obligan después a trabajar intensamente como publicitarios sin cobrar un puto chavo y meneando el producto de aquí pallá como hombre-valla o mujer-anuncio. ¡Si al menos les descontaran algo por ello! Ni llaverito les dan. ¿Cabe mayor imbecilidad humana y más tontería?... ¿y qué piensa de todo esto un agricultor o un parado?... Ya me dice Igor Escudero que no hace falta que nos caiga ese asteroide que merecemos y algunos piden; ¡¡el asteroide somos nosotros!!