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E n apenas ocho días se celebrará la traca final de las elecciones gallegas con los mítines de cierre y solo las urnas nos dirán la auténtica y real encuesta. Hasta el momento, salvo el CIS, todas las conocidas indican que el PP, aún cuando pierda algún escaño, conservaría la mayoría absoluta.

Los populares están muy atentos y muy volcados. Saben que una eventual pérdida de la mayoría absoluta se convertirá en multitud de cábalas no tanto sobre el candidato Rueda como sobre el presidente del partido, Nuñez Feijoo. No cabe duda que el PP, por ser el favorito, según todas las encuestas, es el que más tiene que perder, el que más riesgo asume.

Sánchez ha dicho que Feijoo llegó a Madrid para llegar a Moncloa y que ahora va a Galicia para continuar al frente del PP. Perder la mayoría absoluta sería un gran contratiempo, para Feijóo, desde luego, y también para el PP. Las derrotas nunca son dulces y al final gana quien gobierna.

Feijóo asume un riesgo, pero solo él?. Parece obvio que el PSOE no va a ser el partido más votado pero si se produce lo improbable, lo que sí es probable es que desde el socialismo se vuelva al famoso «somos mas» y con eso hasta es posible que se den por satisfechos aunque queden en tercer lugar.

Será irrelevante para el socialismo quedar como tercera fuerza?. Si esto ocurriera en buena lógica política merecería un análisis serio porque aunque gritaran el «somos mas», ellos, los socialistas, en el conjunto de la izquierda, serían menos y no será por falta de anuncios millonarios para amplios sectores sociales

La izquierda se presenta dividida, con candidatos de última hora, pero todo será digerible si el PP pierde la mayoría absoluta,. Es entendible que esa circunstancia les llene de satisfacción pero no dejaría de ser una venda, muy balsámica, desde luego, que obnubilaría la autocrítica que debería imponerse. Si la izquierda llegara al poder sería de la mano del nacionalismo representado por la candidata Pontón y si esa circunstancia resulta irrelevante , por ejemplo, a Sumar es que aún tienen pendientes muchas asignaturas tanto de organización como de discurso.

El PP se la juega pero como en política no hay nada que no tenga consecuencias, aunque se traten de disimular, si el PSOE queda el tercero y Sumar es apenas testimonial de ninguna manera los responsables de ambos partidos podrán jugar a que no ha pasado nada. Y esa es la tentación porque Galicia les importa, pero lo que de verdad les inquietaría es que Pedro Sánchez viera en peligro su condición de Presidente.

Si son elecciones autonómicas que lo sean para todos y para todo y si hay que hacer una lectura nacional de las mismas, también. Para todos y para todo. Pero, en fin, no merece la pena engañarse y asumir que cada cual hará el análisis y valoración que más convenga. Así ha sido siempre y así será el 18 de febrero.